Crónica de una partida: la mía

Acompañado por mi madre y mi hija llego al aeropuerto con mucha antelación

Mientras aparcamos el coche, mi hija empieza a decir, con lágrimas en la garganta: «No quiero que te vayas».

Estaba preparado para ello (o creía estarlo): llevaba semanas repitiendo esas mismas palabras como un mantra.

La aparente paz del día anterior me había engañado haciéndome creer que la emergencia había terminado, que los ánimos se habían calmado y que con unos pequeños rituales (intercambiar un aceite esencial o un pensamiento para que nos acompañara mientras estuviéramos fuera) nos despediríamos serenamente

Pero esto no ocurrió

¿Qué ha ocurrido?

infierno! me inclinaría a decir en la primera línea

ese infierno que sólo una «mente fuera de control» puede crear

un infierno de pensamientos y emociones

la proyección de una película de sufrimiento de la que, sin embargo, como estaba completamente identificado en ese momento, no podía percibir la «fatuidad», la ilusión

Intentaré explicarlo

Mi hija, con su «no quiero que se vaya». representaba todos mis temores de distanciarme… de ella (?)

para decirlo sin rodeos, «el miedo a alejarme de ella con el riesgo de que me ocurra algo en el viaje».

¿EL CORAZÓN DE MAMÁ?

tal vez …un poco, pero en una inspección más cercana….el corazón de una madre debe ser un corazón abierto capaz de educar a sus hijos en el amor y no en el miedo

el miedo a dejar Teasofía, que me ha habitado en las últimas semanas (y que cíclicamente se apodera de mí), es en verdad, totalmente egoico

alimentada por pensamientos como: «Si desaparezco, ¿qué será de ella?».

significa, en otras palabras, «si yo falto, ¿cómo vivirá ella?», «¿quién la ayudará, quién la protegerá, cómo crecerá feliz si yo no estoy?».

Sólo ahora que los pongo por escrito me doy cuenta de la insensatez de estos pensamientos

es como decir que creo que puedo ser el único que la cuide, que la haga feliz, que controle todo para que no sufra etc…

¿Ves el ego gigante?

¿puede seguir llamándose corazón de madre?

Yo diría que NO

Lo que hizo Teasofía, con sus lamentos, fue proyectar todo esto hacia fuera

Por supuesto, ella hizo su parte: todo esto también alimentó su ego (que es cinturón negro en lo que se refiere al miedo al cambio) y durante más de 60, interminables, minutos mi ego y su ego estuvieron enfrentados en esta dolorosa situación

Mientras todo esto ocurría, la mente, dejada en desorden, seguía energizándose produciendo compulsivamente pensamientos como «¿pero no es que quieres salvarme de un accidente no arrancándome? «¿pero no es que le estoy dando un dolor que la está marcando?» etc etc…

Tanto sufrimiento «innecesario

¡y no acaba ahí!

Ese día, créeme, conseguí hacer una obra maestra 😛

¡Pude proyectar en varios frentes!

De hecho, durante todo esto, mi madre, una mujer ilustrada, gran viajera, capaz de arreglárselas sola en todas las situaciones, se volvió completamente loca, y empezó a presionar mucho a Teasofía y a intentar «tirar» de ella para que se marchara rápidamente por miedo a no poder salir a tiempo del aparcamiento del aeropuerto, habiendo pagado ya su billete.

En aquel momento no pude comprender su estado: ¿pero cómo? ¿ella que viaja alegremente por el mundo en el preciso momento en que yo necesitaría ayuda se estaba volviendo loca?

todo terminó tras 60 minutos en los que intenté todas las técnicas posibles de relajación y centrado con mi hija y unos cuantos abrazos para calmar a mi madre

pero a mi modo de ver muy poco de esto ha funcionado (claramente ..añadiría yo)

La escena terminó así: nos despedimos con mi madre abrazando a mi hija que lloraba y llevándosela un poco a la fuerza, rezando para que no siguiera prisionera y encontrara un camino digitado de vuelta a casa

Me arrepiento de no haberlos fotografiado … Habría inmortalizado el «miedo a ser prisionero» que se lleva, del brazo, pero también con cierta determinación, el miedo al cambio y la necesidad de control

¡INCREÍBLE!

Después de los primeros 15 minutos en los que necesité trabajar las emociones acumuladas, se me abrió un mundo: al volver en mí, vi claramente la película que había estado viendo!!! ¡mi película!

Sólo necesité un momento para «retirar todas mis proyecciones» y ver con claridad lo que te he contado: y entonces las lágrimas fluyeron espontáneamente en una mezcla de alegría/felicidad reencontrada/miedo que se disolvía

Pero sobre todo bajaron Lágrimas de amor y profunda gratitud por estas dos almas, la de Teasofia y la de Bianca, que se pusieron a mi servicio y me permitieron darme cuenta de que me estaba «saboteando» de nuevo y que me devolvieron la posibilidad (y la alegría) de «volar».

Los amo con todo mi corazón

 

Escrito por Alexandra Francesca D'Alessandro

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