LA AUTONOMÍA EN TIEMPOS DEL CORONO VIRUS
En el itinerario de Metamedicina que ideé para esta LIBERTAD DE APRENDIZAJE 2020, después de explorar, pacificar e integrar la AGRESIVIDAD como ENERGÍA FUNCIONAL que todos DEBEMOS SABER aprovechar, había puesto en el calendario una tarde dedicada a la AUTONOMÍA, presentándola de la siguiente manera:
«¿Cuántos de nosotros creemos que somos autónomos, quizá porque trabajamos y somos independientes económicamente, o porque estamos acostumbrados a valernos por nosotros mismos desde la infancia? Pero, ¿es esto realmente ser AUTÓNOMO? ¿Te cuesta mucho hacerlo todo por ti mismo? ¿Cómo te hace sentir el pensar que sólo puedes confiar en tus propias fuerzas? ¿Ser autónomo significa ser libre? Descubriremos juntos qué es realmente la autonomía y qué hemos creído que es convirtiéndola en un acto de voluntad.
Creo que hoy, más que nunca, el tema de la AUTONOMÍA es central -tanto en lo inmediato, para atravesar esta urgencia que estamos viviendo- como en un paso evolutivo personal y colectivo para APRENDER LA LIBERTAD
¿Qué significa ser autónomo en los tiempos del coronavirus?
Muchas cosas… pero empecemos por aquí
Muchas personas se encuentran en casa desde el trabajo o tienen que gestionar el trabajo desde casa, tienen a sus hijos en casa desde el colegio, sin actividades/ocio fuera de casa que les ayuden a pasar el día.
Todo lo que antes se delegaba fuera (la escuela, la sanidad, el tiempo…) vuelve a estar en nuestras manos.
La educación y formación de nuestros hijos, nuestra salud y la gestión de nuestro tiempo han vuelto a ser cosa nuestra… sólo nuestra, ya no hay delegación sino asunción de responsabilidades
Responsabilidad en la crianza y educación de los hijos
Responsabilidad por la salud (propia y ajena) – en el sentido de que ahora nos corresponde a nosotros actuar responsablemente por nuestra propia salud sin pensar en delegar nuestra negligencia en el ya colapsado sistema sanitario.
Responsabilidad en la gestión de nuestro tiempo: ya no hay nadie que nos diga qué hacer, cómo emplear nuestro tiempo…
En resumen, se nos han acabado las coartadas para no tomarnos en serio a nosotros y a nuestra familia
Lo sé, no todo el mundo lo percibe necesariamente en estos términos y esto depende de la mentalidad de cada uno de nosotros (la configuración mental con la que crecimos y transmitimos a nuestros hijos).
Tomo el ejemplo de la escuela como ejemplo:
¿Cómo va vuestra experiencia de educación coercitiva en casa, amigos padres?
Probablemente para algunos sea una gran oportunidad de probar algo que llevan mucho tiempo olfateando pero que no habían tenido el valor de hacer, para otros es un verdadero fastidio tener que lidiar con ello …convirtiéndose en el maestro o maestra de turno al que su hijo se opone
Si piensas sentarte junto a tu hijo y darle instrucciones como si fueras el profesor, es muy probable que esto no tenga el efecto deseado de ver a tu hijo felizmente proyectado en los libros (palabra de una mamá homeschooler ;-)).
Si no soléis pasar mucho tiempo juntos, es posible que al principio aprecie esta mayor cercanía e interés por tu parte en las cosas que le preocupan, pero pronto puede surgir oposición por su parte y cansancio y frustración por la tuya.
Aquí volvemos a ese concepto de ajuste del que te hablaba
Pregunta: ¿Cómo explicabas la escuela a tus hijos?
Pongamos un ejemplo: Si en tu entorno has explicado la escolarización como «es tu deber ir a la escuela, igual que mamá y papá van al trabajo», es probable que en la primera ocasión en que te releven del deber/deber… sea huelga o pandemia, tus hijos estarán de fiesta con alegría… y poco les importará volver a los libros, salvo porque «hay que hacerlo».
Puede que para ti también ir a trabajar sea sobre todo un deber, puede que experimentes alguna satisfacción, gratificación en términos de reconocimiento moral o económico, puede que tengas algunos compañeros agradables que te hacen el día más agradable, pero básicamente lo que te motiva a levantarte cada día para ir a trabajar es el deber – si algo o alguien te liberara de este deber, probablemente también lo celebrarías (¡con un salario garantizado, por supuesto!;-)).
Pero, ¿ir a la escuela es realmente un deber?
¿No hay algo mucho más profundo e importante para nuestros hijos que el ESTUDIO (ya sea en casa o en la escuela, poco importa) pueda representar para ellos?
Estudiar significa saber, estar informado, estimular y satisfacer la propia curiosidad, adquirir las herramientas para satisfacer la propia curiosidad y aprender lo que nos interesa, desarrollar nuestros talentos, poder elegir conscientemente, poder hacer nuevos descubrimientos… en definitiva, ¡SER LIBRE!
El ESTUDIO es una de las herramientas que pueden garantizarnos la AUTONOMÍA, pero ¿puede garantizarnos la AUTONOMÍA algo que llega a través de la coacción? ¿por una idea del deber desvinculada de todo placer, de la escucha, del respeto del propio tiempo y de las propias aptitudes?
Para acompañar a nuestros hijos a entender esto, para devolverles el placer de estudiar como una herramienta, como un regalo, para su autonomía y libertad, necesitamos cambiar nuestra mentalidad de padres – este es un paso más complejo… quizás… pero se puede hacer revisando nuestras creencias limitantes, lo que nos ha llevado a construir un determinado sistema de pensamiento.
Lo anterior se aplica tanto a los estudios de nuestros hijos como a todos los ámbitos de nuestra vida.
¡Es hora de cambiar los ajustes!
Por eso tengo tanto interés en esta velada dedicada a la AUTONOMÍA (para APRENDER LA LIBERTAD), porque cada uno de nosotros (adultos -padres y no padres-) podemos llegar a cambiar nuestra configuración, remodelando nuestra forma de enfocar la vida por el bien de nosotros mismos y de los jóvenes que vendrán.
Nos vemos el 26 de marzo ONLINE a las 20:00
para INFO, para reservas INFO@FRANCESCADALESSANDRO.NET